EL ORIGEN DE LAS RUNAS
Existen aún hoy día muchas dudas sobre la procedencia de las Runas. La leyenda cuenta que provienen de los mismos dioses. Odín se colgó durante nueve días de Yggdrasil*, el gran fresno que sustenta la tierra, el cielo y el infierno, para descifrarlas y poder transmitir el saber de las runas portadoras de mensajes arquetípicos a toda la humanidad. Aunque los relatos de este tipo sean siempre encantadores por la parte mágica que conllevan, lo que sí se puede decir es que existen algunos registros históricos que muestran que fueron usadas con fines esotéricos. Los primeros registros atribuidos a esos usos mágicos datan del periodo que va, de la edad de hierro romana hasta la edad de hierro germánica (s. II-VIII), y uno de los mejores ejemplos procede de una fuente medieval, el “Sigrdrífumál”, que menciona cómo se graba en una espada las palabras “runas victoriosas”… Otras fuentes nos cuentan cómo se inscribe la runa “tyr” dos veces a modo de hechizo o, como se utilizan a modo de adivinación en el “Ynglinga” cuando Granmar, el rey de Södermanland, viaja al templo de Upsala para el sacrificio estacional “blót” y dice: “Aquí, las fichas cayeron de forma que dijeron que él no viviría mucho”.
Aunque la habilidad de leer los textos rúnicos se generalizó entre la población escandinava al avanzar la Edad Media, las runas eran conocidas solo por una minoría. Por estas razones, se les atribuía un cierto halo de secretismo, rozando lo divino. Esos signos mágicos poseedores de un extraordinario valor esotérico y metafísico, servían de vehículo informativo tanto en el plano visible como en el invisible. Ese poder oculto se podía leer en varias piedras rúnicas adonde aparecen expresiones como “runas de poder” o “runas divinas”, y también maldiciones para quien destruya la inscripción o profane un lugar sagrado…
Las runas no tenían nombres abstractos como las letras del alfabeto latino, sino que se designaban por palabras comunes que empezaban por el sonido representado por la runa, lo que favoreció que se cargaran del concepto del nombre del objeto usado y que cada runa se convirtiera en un símbolo de ese concepto y se pudieran emplear como representaciones de los mismos a modo de tarot. También existió la creencia de que las runas tenían el poder de materializar los hechizos, invocaciones o maldiciones escritos sobre determinados objetos. Más comúnmente, se usaban como amuletos o talismanes de protección, y no era nada raro verlos grabados en las puertas de entrada de las casas o en los mismos barcos…
Estos signos mágicos, poseedores de un extraordinario valor esotérico y metafísico, servían de vehículo informativo tanto en el plano visible, como en el invisible. Más que para una simple lectura del futuro, las runas servían de guía para poder aclarar las posibilidades y hacer así que uno elija el mejor camino. Para leer más sobre Runas y saber interpretarlas: Runas & Interpretaciones
*Árbol de la vida en la mitología nórdica.
¤ Avalon Esoterismo – Fuente / Varias ¤
→ Home